En la actualidad existen innumerables tipos de barajas de Tarot, lo que puede llevar a confusión a aquellas personas que deseen iniciarse en este ancestral y misterioso arte. Sin embargo, la diferencia entre las distintas barajas no debe suponer ningún tipo de inconveniente para los novatos, ya que estas son simplemente superficiales. Dicho de un modo más claro, el significado de todas las cartas es el mismo en cada baraja, siendo la representación de las mismas lo único que cambia.
Estas diferencias en el diseño se deben a la expansión geográfica del tarot, a la ambición de apropiación de cada región y/o cultura y a los distintos gustos y deseos estéticos que han ido aflorando con el paso de los años. De hecho, incluso los orígenes del tarot son, a día de hoy, inciertos, ya que cada especialista en la materia se decanta por una u otra opción a la hora de señalar cuál fue la primera baraja y de dónde provino.
Una de las teorías más extendidas es que la baraja del Tarot gitano fue la originaria, aunque bien es cierto que cuando estos llegaron a Europa, alrededor del siglo XV, en Italia esta práctica ya estaba extendida. Sea como sea, en la actualidad es innegable que la baraja del Tarot de Marsella es la más reconocible y utilizada, debido fundamentalmente a la sencilla interpretación que puede hacerse de la misma.
Otras de las barajas de Tarot más comunes son la egipcia, el mazo Osho Zen, la baraja Visconti Sforza , el Tarot Rider o el Tarot Místico. Como decíamos, el significado de todas ellas es el mismo, aunque dependiendo de cuál escojamos podremos observar la inclusión de algunos símbolos distintivos —que hacen alusión a las distintas religiones o culturas adoptivas.