La reciente aparición de la serie documental ‘Wild Wild Country’ ha devuelto la popularidad al curioso personaje que la protagoniza, Osho, un gurú indio que se hizo famoso a principios de los años 80’s. Nacido como Chandra Mohan Jain en Kuchwara, (India), en 1931, este profesor de filosofía y sanscrito abandonó su profesión como docente para expandir su cosmovisión y sus ideales, primero por su país natal y después por el resto del mundo (a través de sus cientos de libros publicados). Las enseñanzas que propugnaba se basaban, fundamentalmente, en el rechazo de toda religión y sistema político preestablecidos, en la defensa del amor y del sexo libres y en una crítica severa al capitalismo y el modelo de vida al que este abocaba.
Después de fundar su propio ashram en Poona (la Rajneesh Foundation), se mudó a Oregón (Estados Unidos), huyendo de acusaciones por fraude fiscal. Allí, en 1981, valiéndose de la fortuna acumulada hasta entonces y acompañado por más de 1.000 seguidores, compró un rancho cerca de la pequeña población de Antilope. En poco más de tres años, la población de esta supuesta comuna agrícola superó los 7.000 habitantes, que continuaban llegando desde todas partes del mundo.
La principal pretensión de Osho era conseguir que Rajneeshpuram (así llamó a su experimento) fuese oficialmente reconocida como ciudad por el gobierno estadounidense, algo que consiguió en 1982. Pero la ambición del gurú iba todavía más lejos: quería entrar a formar parte del gobierno, tanto de Antilope (algo que sí consiguió) como, más tarde, de todo el condado de Wasco (de más de 200.000 habitantes). Para ello, las personas más influyentes que rodeaban a Osho urdieron infinidad de maquiavélicas tretas (envenenar a la población a través del agua, invitar a vagabundos a su ashram para que influyeran en el censo y, consecuentemente, en las votaciones, asesinar al fiscal del estado, etc.). Ante tal amenaza, las fuerzas del orden y varios políticos afectados erigieron una campaña para desenmascarar al gurú. Finalmente, en 1985, Osho fue deportado y condenado a una multa de 400.000 dólares, y su comuna fue desarticulada, para gran alivio de los habitantes de Antilope y de todo el condado de Wasco.