Es la Cábala una ciencia la cual tiene como propósito interpretar las escrituras de la Torá y dilucidar los secretos ocultos en estos documentos. Es un instrumento para ahondar en lo incomprensible, para penetrar el complejo entramado de lo inefable. La sabiduría de este proceso esotérico puede resultar enigmática para el neófito; como la luz puede resultar cegadora para un recién nacido. Solo los hombres con un alto grado de espiritualidad, es decir, poseedores del atributo interior Yehud, son capaces de iniciarse en la trascendental odisea intelectual del Cábala.
Una filosofía deudora del Mishná; arraigada en sagrados textos que, mediante la tradición oral,fueron socavando y derribando la oscuridad mental del hombre para abrirle el paso hacia su liberación espiritual. El Árbol de la Vida, el Talmud de las 10 sefirot, el Zohar, el Séfer Ietzirá y el prefacio de la Sabiduría de la Cabalá son los libros que, como armas divinas, contribuyeron al encumbramiento del ser moral.
No debe confundirse la Cábala con magia. Esta última se desprende del deseo personal por lograr un objetivo egoísta, el cual, a través de fuerzas superiores ocultas, manipula a las personas. En cambio, por medio de la Cábala, lograremos conectarnos con las fuerzas superiores solo si existe un cambio moral interior. La correcta interpretación de la sabiduría cabalística tributa en una purificación interior, dando paso con el tiempo al alcance verídico de estas fuerzas debidamente encausadas.
EL estudio de esta ciencia está en principio relegado a los practicantes de la religión judía. Sin embargo, grandes exponentes de la misma no han cumplido con este requisito. ¿Cómo podemos explicarlo? Para darle respuesta a esta interrogante debemos comprender que la principal exigencia a la hora de ser instruido en esta disciplina es la de ser un hombre digno según los atributos interiores (el ya mencionado Yehud).
Para los cabalistas, la búsqueda de la verdad es esencial y es la Torá el lugar donde esos sentidos ocultos al hombre común, han de ser investigados y encontrados. Si bien el conocimiento previo de estos libros no es indispensable, sin ellos es imposible alcanzar la espiritualidad necesaria para descubrir estas milenarias sabidurías.